La creciente presencia de pumas y zorros, en un escenario marcado por la despoblación rural y la falta de recursos humanos en el territorio, genera daños graves y sostenidos en las majadas. Frente a esto, la Provincia viene desplegando una estrategia integral que combina asistencia directa, articulación con las Comisiones de Fomento, financiamiento para el control y acompañamiento técnico a los productores.
Se realizó una reunión clave en El Cain el 16 de abril, la zona con mayor densidad ovina de Río Negro. Allí se trabajó de forma coordinada con productores, la Comisión de Fomento y el Ministerio para organizar respuestas concretas ante la predación. Se analizaron alternativas en marcha como la circulación de trampas, los convenios con comisiones para la compra de implementos específicos y el fortalecimiento de un banco financiero que permita cubrir los costos de los controladores de fauna perjudicial que hoy llevan adelante el trabajo de protección del stock ganadero.
También se está asistiendo con forraje a quienes realizan corridas de zorro y puma, una herramienta que ha dado buenos resultados en zonas como Cerro Policía.
Desde la Provincia se reconoce que el control de predadores requiere presencia en el campo y compromiso sostenido. Por eso, el objetivo es estar cerca de quienes siguen apostando a la ganadería, fortaleciendo las políticas públicas que resguarden la producción y el arraigo.
A la par, se mantiene un enfoque sanitario integral, con líneas de financiamiento con tasas subsidiadas para esquila, infraestructura y sanidad. Se trabaja también en la distribución de alimentos en los meses más críticos del invierno y en la capacitación de los productores en manejo sanitario, genética y comercialización.
Uno de los ejes sanitarios más importantes ha sido la lucha contra la sarna ovina, que afecta no solo a la productividad sino también a la vida social de las comunidades rurales. En ese marco, se recuperaron más de 30 baños comunitarios —algunos en desuso por más de 20 años— y se conformaron comisiones sanitarias que hoy benefician a más de 150 pequeños productores en localidades como Los Menucos, Aguada de Guerra, sur de Jacobacci, Ñorquinco y Río Chico.
El sostenimiento de la actividad ovina es una prioridad provincial. En una región donde la ganadería es parte de la identidad y el sustento de muchas familias, la respuesta del Estado debe ser clara, articulada y efectiva. Proteger las majadas es, hoy, cuidar el futuro de la Región Sur.